miércoles, 17 de junio de 2009

bolivar ambientalista

Bolívar ambientalista
El 5 de julio de 1825, Bolívar firma un decreto en el Cuzco con el objeto de proteger a las vicuñas:
Decreto:
1. Se prohíbe, de hoy en adelante la matanza de vicuñas en cualquier número que sea.
2. A nadie le será permitida, ni aun con el pretexto de caza.
3. Los que quieran aprovechar de la lana para comerciarla u otros cualesquiera usos o beneficios, podrán verificarlo trasquilándolas en los meses de abril, mayo, junio y julio, para que la benignidad de la estación supla este abrigo de que se las priva.
Otros artículos señalan las penas a imponer a los infractores.
En este mismo orden de ideas, una vez terminada la guerra y con el objeto de detener la incontrolada explotación forestal, emite un decreto el 31 de julio de 1829 en Guayaquil, cuyos considerandos parecieran haber sido redactados en la actualidad, siendo el contenido fundamental del Decreto el siguiente:
1. Demarcar las tierras baldías pertenecientes al Estado y señalar sus producciones peculiares: maderas preciosas, plantas medicinales, plantas útiles.....
2. Prohibir la extracción sin licencia, de maderas preciosas ....
3. Las licencias no serán gratuitas.
4. Protección especial de los bosques maderables de los departamentos marítimos tomando en cuenta que pueden servir para la marina nacional.
5. La explotación de maderas, quinas o palos de tinte se hagan con orden, a fin que mejore su calidad, y puedan sacarse mayores ventajas en el comercio.
6. Establecimiento de una junta inspectora donde existan quinas y otras sustancias útiles para la medicina.
El artículo 10 dice textualmente:
“Las facultades de medicina de Caracas, Bogotá y Quito, lo mismo que los prefectos de los departamentos, dirigirán al gobierno informes correspondientes, proponiendo los medios de mejorar la extracción, preparación y el comercio de las quinas, y de las demás sustancias útiles para la medicina, o para las artes, que contengan los bosques de Colombia, haciendo todas las indicaciones necesarias, para el aumento de este ramo importante de la riqueza pública”

Mensaje final al Congreso Constituyente
Aún en el ocaso de su vida, cercado por las circunstancias que marcaron sus últimos días, el Libertador mantiene la claridad de su discurso en relación con la necesidad de conocer y manejar el territorio, y así lo expresa en su mensaje al Congreso Constituyente de la República de Colombia, fechado el 20 de enero de 1830:
Por lo demás hallaréis también consejos importantes que seguir en la naturaleza misma de nuestro país, que comprende las regiones elevadas de los Andes, y las abrasadas riberas del Orinoco; examinadle en toda su extensión, y aprenderéis de él, de la infalible maestra de hombres, lo que ha de dictar el congreso para la felicidad de los colombianos.
Queda un eterno sentimiento de gratitud hacia nuestros próceres y los pueblos valientes que los secundaron; ellos cumplieron a cabalidad su compromiso histórico, legándonos, entre otras cosas, un territorio que puede ser envidiado y deseado por cualquier otra nación; ahora nos corresponde a nosotros honrar ese legado: lo estamos haciendo?

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